Medianoche, en un lago al sur de Uruguay, martes 15 de marzo de 1994, a un grupo de pescadores les llama la atención, primero el silencio que ha descendido sobre el sector, pues ni el chapotear del agua se escucha, luego súbitamente un desusado alboroto de pájaros en los arbustos de la orilla, que abandonando las ramas donde generalmente pasan la noche, se alejan del lago tierra adentro.
A pesar de que es una cálida noche estival, los pescadores perciben un extraño frío, y es justo entonces cuando ocurre, “vimos salir de improviso de las aguas del lago, en su parte más honda”, relataría después Jose Corvo, “algo increíble, fantástico, era como un encuentro fantasmal”.
Era la figura de una mujer flotando en el aire por sobre la superficie, muy alta, aproximadamente dos metros y medio, delgada, tenía el cabello negro y bastante largo, más impresionante aún, se lo colocaba ante nosotros con ambas manos.
Atónitos y paralizados por la sorpresa de aquel encuentro fantasmal, los pescadores permanecían contemplando, la que a pesar de su macabro atractivo, era sin duda una aterradora aparición, de acuerdo con la versión de Jose Corvo, aquella fantasmagórica mujer permaneció en levitación, por varios instantes, al tiempo que miraba intensamente a los pescadores.
El terror que comenzó a generar un encuentro fantasmal
Más impresionante, e incluso aterrador, fue el hecho de que si bien, la aparición se había manifestado sobre el agua como a unos 30 metros de donde se encontraban, poco a poco se les fue acercando como si flotara, y a medida que lo hacía su tamaño parecía aumentar.
A pesar de su asombro y creciente desconcierto, a uno de los pescadores no le faltó valor para preguntarle aquel encuentro fantasmal, ¿quién era?, e incluso motivado por su belleza, lanzarle un piropo, pero la mujer permaneció silenciosa mirándole fijamente, y fue entonces cuando los alardes de galantería, y presencia de ánimo de los pescadores comenzaron a esfumarse, dando lugar a una escalofriante sensación de temor.
Aún así uno de ellos, tuvo la suficiente presencia de ánimo para esgrimir una cámara fotográfica y disparar varias veces, fue entonces cuando la fantasmagórica aparición, floto hacia los densos matorrales en una de las riberas del río, desapareciendo entre la intrincada vegetación.
Recuperados de la impresión los pescadores acudieron a la estación de policía más cercana, y tal como lo revela el informe, aparecido en el diario El País, procedieron a revelar el rollo fotográfico, que contenía las supuestas imágenes, pero la mayoría de las tomas estaban veladas, pero en una, en pleno centro del cuadro, podía verse una larga y difusa mancha blanca, que representaba aquel encuentro fantasmal.