Nos trasladamos a Inglaterra, pasada la media noche del 3 de junio 1882, y en la casa paterna de Rocina Despard, ésta se disponía a acostarse, cuando ocurrió algo muy extraño, comenzaba a desvestirse frente al espejo cuando vio reflejada tras ella la figura de una mujer enlutada, de inmediato giró para enfrentar a aquella intrusa pero no había nada.
Luego creyó escuchar pasos fuera de su cuarto pero al asomarse tampoco vio a nadie, aunque más adelante y en el descanso de la escalera que conducía a la planta baja distinguió a la misma dama de negro que descendía como flotando.
A partir de aquella visión fantasmal en julio de 1882 y durante siete años, distintos miembros de la familia Despard contemplaron fugazmente la aparición de una dama de negro quien parecía embargada por una gran tristeza, eventos que fueron cuidadosamente anotados con hora, fecha, y descripciones
Buscando al fantasma de la dama de negro
Rocina, la cual estaba más intrigada que temerosa, se propuso descubrir la identidad de lo que parecía ser un alma en pena. De aquellas investigaciones surgió como probable candidata una señora de nombre Imogen Swinhoe, quien años antes había sido amante del anterior dueño de aquella casa. Este hombre la expulsaría de allí tras una disputa por celos a finales de 1878.
Como aquellas manifestaciones ectoplasmicas no cesaban, alguien aconsejó a Lord Despard que llevará a cabo una purificación de la casa, algo así como un exorcismo, el cual realizaría la iglesia. Si bien Despard, no creía en estas supersticiones, terminaría aceptando aquella ceremonia, que por cierto no tuvo mayor efecto, pues las materializaciones de la dama de negro continuaron.
El asunto llegaría a tales extremos que hasta la real sociedad británica para investigación de fenómenos psíquicos llegó a intervenir. Pero por falta de pruebas y ausencia del fenómeno cuando miembros de la sociedad se encontraban presentes, hicieron que con el tiempo todo pasará al olvido.
Todo se vuelva a repetir
Pero en 1958, cierto caballero residente en un piso de la misma calle donde estuvo la mansión Despard, la cual fue demolida en 1920, despertó una noche viendo algo impresionante, a los pies de su cama se encontraba una mujer muy pálida, con rostro acongojado, y vestida de luto. Atónito el hombre permaneció inmóvil ante aquello tan inexplicable y luego recuperando su sangre fría salió de la cama abandonando la habitación.
Tras despertar al conserje y a varios vecinos, éstos regresaron con él a la habitación pero no había nadie allí, lo interesante era que la descripción de aquella mujer coincidía exactamente con la del presunto fantasma que se materializaba en la mansión Despard a finales del siglo 19, según las copiosas notas escritas por Rosina Despard, y que se conservan en la sociedad para la investigación de fenómenos psíquicos.
Diferentes años, pero la misma aparición
Que alguien creyera ver el fantasma lloroso de una dama vestida de negro a finales de 1882, cuando la iluminación era escasa y en Inglaterra particularmente donde las apariciones de espíritus errantes constituían casi un deporte nacional, no tiene nada de extraño.
Lo curioso de este caso en particular, «muy bien documentado» por cierto, reside en que la misma dama fantasmal volvería a materializarse en 1958 y esta vez ante numerosos testigos en distintas ocasiones, se podría hablar de alucinaciones colectivas y autosugestiones, ¿pero en dos épocas distintas?, y prácticamente en la misma zona, con una casa de por medio, de donde se localizaba la anterior mansión.