Doppelgänger nuestros dobles misteriosos

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El misterioso concepto de nuestros dobles llamado Doppelgänger

Imaginen por un momento que usted se encuentra en algún sitio público, centro comercial, playa, calle o avenida, y en determinado instante divisa una persona que se le parece muchísimo, tanto que es como verse en un espejo, por momentos puede llegar a pensar que se trata de una alucinación.

Pero es realidad están mirando a un perfecto doble suyo, algo que no es común desde luego, y soló ocurre muy rara vez, o quizás nunca, en la vida de las personas. Pero si llega a sucederle, mejor prepárese para morir, pues se ha topado usted con su «Doppelgänger«.

Aun cuando la palabra es de origen alemán, y significa doble fantasma, el concepto»Doppelgänger» se remonta al antiguo Egipto, y plantea que cada quien tiene en alguna parte del mundo a un doble exacto, tanto en cuerpo como en alma, y si uno llega a encontrarse cara a cara con ese género morirá irremisiblemente.

Sabemos que es, ahora que tiene que ver con Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis

El eminente Sigmund Freud conocía desde luego ese concepto del «Doppelgänger«, y a pesar de ser un hombre culto y de mentalidad científica, le temía. Más curioso aún, estaba seguro de que su doble exacto, no soló existía, sino que estaba residenciado como el en Viena, además lejos de ser un personaje anónimo, se trataba de Arthur Schnitzler, un exitoso dramaturgo muy celebrado por la penetrante psicología de los personajes en sus obras teatrales.

En mayo de 1922, cuando ya Freud era famoso por sus trabajos pioneros en psiquiatría, escribió una insólita carta a Schnitzler, donde le decía:

“durante años me he preguntado, como sin duda lo habrá hecho usted, porque yo siempre he evitado conocerle personalmente a pesar de que amigos comunes han intentado acercarnos, y existen muchas razones para que nosotros entráramos en contacto, espero que no lo tome a risa si le confieso que nunca e querido hacerlo, por un temor subconsciente de encontrarme en usted con mi «Doppelgänger«, su persona siempre ha sido para mí extrañamente familiar, como si existiese una insólita simbiosis entre nuestras mentes, perdónenme por incurrir en el auto análisis pero después de todo es lo único que sé hacer, Sigmund Freud”.

Freud tenia sus motivos para creer en Doppelgänger

Aquella asombrosa admisión por parte de Freud, que creía en algo que después de todo no tenía base científica alguna, y estaba basado en una antigua superstición Egipcia, resulta menos incomprensible, si se toman en cuenta los curiosos paralelismos que existían entre él y Arthur Schnitzler,

Eran extraordinariamente parecidos físicamente, habían nacido después de la primera mitad del siglo en el imperio austro-húngaro, eran primogénitos y fueron entregados al cuidado de nodrizas después de nacer, ambos perdieron hermanos menores trágicamente, sus respectivas familias pertenecían a la alta burguesía austríaca, y se dejaron crecer la barba casi simultáneamente.

Los dos estudiaron medicina y abandonaron su práctica después de haber estudiado hipnosis en Francia. Así resulta comprensible que el padre del psicoanálisis, aun sabiendo que era un antiguo mito evitara todo encuentro con Schnitzler.

Para concluir vale la pena mencionar que en uno de sus más estremecedores ciclos de leaders, o canciones basadas en versos del poeta Heine, Franz Schubert, incluye uno titulado «Der Doppelgänger«.

En el cuenta, que durante la quietud de la noche, un hombre enamorado acude a la casa donde alguna vez vivió su amada, pero al llegar se encuentra allí en la puerta con otra persona, y un profundo temor le invade, pero cuando un rayo de luna ilumina el rostro del extraño, comprueba que es su doble exacto, y con esa revelación tiene la certeza de que en ese «Doppelgänger» está también el anuncio de su muerte.